El hombre con anteojos y la mujer a la izquierda son los Padres de Angela
Toda la familia de Ángela Vicario se compone con sus dos hermanos, Pedro y Pablo y sus padres Pura y Pocio en donde todos contienen en sus nombres significaciones religiosas.
Su padre es Poncio Vicario, un orfebre de pobres que queda ciego por trabajar para mantener la “honra” de la casa.
En la fiesta del casamiento es como un mueble que movían de un lado a otro.
Su no intervención en la “devolución de Ángela por el novio, podría interpretarse como una alusión a el “lavarse las manos” de Poncio Pilatos.
Su madre es Purísima del Carmen. Fue maestra hasta su casamiento, cuando se “consagro” con “sacrificio” al cuidado de su esposo e hijos. Mercedes, la esposa del narrador, la recordaba diciendo: “Parecía una monja”.
Educó a sus hijas para casarse, bordar, coser, tejer, lavar, planchar, hacer flores, dulces, redactar esquelas y a rendir culto a ala muerte.
Creía que sus hijas eran perfectas y que cualquier hombre seria feliz con ellas porque habían sido educadas para sufrir.
Exige: que Bayardo San Román acredite su identidad y que se casen terminara el luto.
Ambos padres obligan a Ángela a casarse porque creían que una familia digna y honesta no tenia derecho a despreciar el premio del destino: que su hija se casara con un hombre rico.
Padres: obligan a que se haga el casamiento en su casa: “nuestros hijos se casan en nuestro chiquero o no se casan”
Pura; (cuando el novio “devuelve” a Ángela a su casa) los confunde con fantasmas y grita “Ave Maria Purísima” alude a la respuesta: “sin pecado concebida” y puede vincularse con: “quien este libre de pecado, que arroje la primera piedra”
Es Pura quien maltrata físicamente a Ángela, es Pura quien arroja a Ángela la “primera piedra”: Manda a llamar a los gemelos y es Pedro (piedra) quien obliga a Ángela a decir quien la había deshonrado.
El padre: Poncio Vicario, muere poco después de salir del pueblo: “se lo llevó la pena moral”.
Cuando Pura Vicario, ya grande, se compra por primera vez sus lentes, le sonríe a Ángela. Esta es la primera vez que la ve como era, una pobre mujer consagrada al culto de sus defectos.
Pura es como la síntesis de todos los prejuicios sobre el género femenino que existían en esa época en un pueblo pequeño.
Por Mateos y Delamonica